miércoles, 7 de octubre de 2015

Apuesta por la esperanza - Jesús Abad Colorado

En un trabajo continuo contra el olvido el reportero Jesús Abad Colorado ha capturado con su lente, durante 25 años,  no sólo el horror sino también la capacidad de resistencia, el coraje, la dignidad y la esperanza de quienes viven en sus historias y cuerpos el ensañamiento de la guerra.

Sus fotografías ponen de frente al espectador, le recuerdan que está involucrado, que la imagen que observa tiene que ver con él; que debe espantar su indiferencia o ligereza y cultivar la reflexión. Dice Abad: “Trato de conectar el ojo con el corazón”. 

Le invito a conocer parte de su obra.

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com





https://drive.google.com/file/d/0BxTkwaQhBwkcVEZZbVlzUzBYYUk/view




jueves, 17 de septiembre de 2015

El amor maduro - Erich Fromm

"...El amor infantil sigue el principio: «Amo porque me aman.» El amor maduro obedece al principio: «Me aman porque amo.» El amor inmaduro dice: «Te amo porque te necesito.» El amor maduro dice: «Te necesito porque te amo...»"

"...El amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un «objeto» amoroso. Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo ampliado. Sin embargo, la mayoría de la gente supone que el amor está constituido por el objeto, no por la facultad. En realidad, llegan a creer que el hecho de que no amen sino a una determinada persona prueba la intensidad de su amor. Trátase aquí de la misma falacia que mencionamos antes. Como no comprenden que el amor es una actividad, un poder del alma, creen que lo único necesario es encontrar un objeto adecuado -y que después todo viene solo-.

Puede compararse esa actitud con la de un hombre que quiere pintar, pero que en lugar de aprender el arte sostiene que debe esperar el objeto adecuado, y que pintará maravillosamente bien cuando lo encuentre. Si amo realmente a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la vida. Si puedo decirle a alguien «Te amo», debo poder decir «Amo a todos en ti, a través de ti amo al mundo, en ti me amo también a mí mismo»..."

"...El amor sólo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines personales..."

Párrafos tomados del libro El arte de amar de Erich Fromm

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com


http://www.angelred.com/biblioteca/erich-fromm-el-arte-de-amar.pdf
Imagen tomada de: http://goo.gl/dNnvt3

lunes, 7 de septiembre de 2015

La historia de las cosas - Annie Leonard

Las empresas juegan un papel preponderante en la actual sociedad, son el corazón de la economía, generan empleo, pagan impuestos, producen y ponen al servicio general la tecnología. La base de los negocios es identificar necesidades y maneras de satisfacerlas; se espera que en este proceso se aporte al bienestar y muchas veces se logra.

La producción, distribución, consumo y residuos tienen fuertes conexiones entre lugares distantes, tecnologías diversas, culturas contrastantes, ecosistemas únicos; es así como en un solo producto pueden haber materias primas de Suramérica, ser ensamblado por mano de obra asiática, utilizar sistemas operativos estadounidenses, sus dueños ser australianos, distribuirse en el mundo por una cadena de tiendas europea y los residuos de producción y consumo quedar dispuestos en África.

El objetivo principal de las empresas es la ganancia, todos los otros propósitos son accesorios; el excedente empresarial será la diferencia entre los ingresos totales menos los costos totales y un camino para aumentar la utilidad es lo que los economistas, de manera elegante, llaman externalizar los costos; lo cual no son más que bienes y servicios que consumen del ecosistema y la sociedad sin pagar por ellos, los usan gratis.

Toman más agua que la que es capaz de reponer la cuenca hidrográfica, extraen maderas, peces y otros organismos a tasas mayores de las que sus poblaciones pueden reponer, vierten a las fuentes de agua lixiviados con altos niveles de contaminación, arrojan al aire millones de toneladas de tóxicos, abandonan montañas de residuos en botaderos que agrupan y potencian los problemas.

A estos usos de la naturaleza por los que no pagan, o sólo lo hacen con un valor ínfimo, hay que agregar las relaciones laborales de muchas empresas que a través de una maraña de tipos de vinculación terminan eludiendo sus responsabilidades básicas con los trabajadores; es así como para abaratar sus costos vuelven externalidades las prestaciones sociales, la seguridad y salud en el trabajo, horas extras gratis; es decir para esta rebaja de costos abusan de los ecosistemas y se aprovechan de la gente.

La actual forma de producción y consumo es ante todo una gran productora de residuos, las investigaciones demuestran que en Norteamérica en sólo seis meses el 99% de todo lo generado lo convierten en basura, es una sociedad del compre y a la caneca.

Comprar y tirar a esta velocidad no es una consecuencia sólo de la satisfacción de necesidades reales sino también del despilfarro creado e incentivado por un mercadeo que publicita muchos productos y servicios innecesarios y de mala calidad; con sus estrategias le hacen creer al individuo que debe adquirirlos para parecerse a la estrella del momento y ser aceptado por su sociedad, para lograrlo este sujeto entra en un torbellino de avidez de dinero, todo ello a costa de su tranquilidad, salud y bienestar.

Los efectos también son en los ecosistemas, siendo más fuertes en los lugares más cercanos a la producción y el consumo, evidencia de ello es el Informe Planeta Vivo 2014, el cual demuestra que al 2010, y tomando como base 1970, el tamaño de las poblaciones de vertebrados en el mundo ha disminuido en 52%, y cuando esto se cruza con las causas más del 80% son antrópicas.

Puede decirse que hoy prevalece  una máscara empresarial de bienestar general, tras la cual se ocultan las intenciones de ganancia sin límites y los resultados negativos para las sociedades y la biosfera; detrás del discurso del bien a la sociedad hay una minoría que se enriquece avasallando ecosistemas y gentes; en el 2014 Oxfam publicó el informe Gobernar para las Élites  y en él demuestra que el 50% de la riqueza del mundo la posee el 1% de la población y la tendencia del abismo entre unos pocos extremadamente ricos y unas inmensas mayorías de pobres sigue en aumento.

Es importante que la sociedad conozca, discuta y tome posición frente a un modelo que tiene en su estructura tales perversidades, que genera perjuicios generales irreparables y ganancias particulares vergonzosas; los costos los exteriorizan hacia la biosfera y la sociedad pero las ganancias las internalizan hacia los accionistas.

Hay caminos desde los cuales se puede ayudar a mitigar esta tragedia como son la moderación del consumo, el apoyo a las economías locales, el repudio al uso irresponsable de ecosistemas.

La investigadora norteamericana Annie Leonard ha generado un profundo trabajo sobre el flujo de materiales y sus implicaciones en las cosas que usamos, los resultados se resumen en el video La Historia de las Cosas, le invitamos a conversar, sentir y pensar sobre la realidad que ella describe.

@jairmontoyatoro




viernes, 21 de agosto de 2015

Espera el campo

Los resultados parciales del Tercer Censo Nacional Agropecuario, hace 45 años fue el segundo, dicen del campo que: El 0,4% de los propietarios son dueños del 41% de la tierra, la pobreza multidimensional es del 45%, el 20% de la población entre 5 y 16 años nunca ha ido a la escuela, menos del 10% reciben asistencia técnica, El 90% no acceden a créditos, el 80% del uso agropecuario son pasturas.

Además hay que recordar que en los territorios rurales y en los cuerpos de sus habitantes es donde se ensaña la guerra; la presencia principal del estado para ellos han sido las Fuerzas Armadas que van al vaivén de la estrategia militar; de la existencia de mucha de sus gentes y lugares Colombia sólo se entera cuando sucede una tragedia o un hecho de guerra, que es lo mismo.

Son más de 10 millones los colombianos que han tenido que sobrevivir a una sociedad que los niega y vilipendia, a un país que ha intentado su camino hacia la modernidad dándoles la espalda; de hecho es corriente la utilización de los términos montañero, campechano, finqueño, con intención de menosprecio; en el fondo de este uso lo que hay es una burla a sus culturas, maneras económicas, formas de producción, saberes, ritos, creencias.

Lo que muestra el censo era tristemente predecible, su resultado no es casual sino causal, son expresiones de la mala política rural y hasta la ausencia de ella, basta recordar la precariedad de la estructura para atender el campo, de la cual en los últimos 30 años han desaparecido más del 80% de sus instituciones; todo esto aunado a temas como: Agroingreso Seguro, Carimagua, acumulación de baldíos, etc. que no parecieran ser sólo desviaciones del sistema sino perversidades consistentes de los que tienen en sus manos los recursos del y para el campo.

Un Coeficiente de Autosuficiencia Alimentaria de 1 indica que un país puede dar de comer a sus habitantes con lo que produce, el de Colombia al inicio de los 90 era 1,04 y en el 2009 es de 0,95; otra manera de decirlo es que hoy se importan más de 10 millones de toneladas de alimentos o sea el 28% de lo que va a la mesa.

El país ha hecho dos Intentos de reforma agraria el primero en la década de 1930 y el segundo hacia 1960, ambos fueron un fracaso; los hicieron colapsar los abuelos y padres de quienes hoy férreamente se oponen a cualquier cambio de fondo en el mundo rural; al contrario Colombia ha sufrido una contrarreforma en las últimas décadas y su método principal ha sido la violencia primero y luego los abogados. ¿En manos de quien está la tierra de más de seis millones de desplazados?

A los campesinos que siempre  han ilusionado con el “desarrollo” les han dicho que sus maneras de producir y existir son primitivas e ineficientes, que deben dejarlas atrás y sólo seguir las indicaciones del técnico de turno, pero los resultados del censo muestran que al “paraíso desarrollado” no los han llevado.

Cuando los que provocan y se benefician de esta tragedia son puestos en evidencia dicen del censo: “esto es una oportunidad”; también agregan “hay que digerir los datos”, frases cínicas bajo las cuales esconden su deseo y acción para perpetuar el actual modelo rural, a todos ellos hay que ponerlos en evidencia, quitarles su antifaz, dejarles desnudos sus excesos y perniciosas ambiciones.

La principal herencia de las familias campesinas ha sido la tragedia y la estigmatización, aún así ellas han transmitido por generaciones la esperanza, han seguido produciendo alimentos para si mismas y para el país, siguen aferradas a su tierra porque es su vida y también porque el espejismo de la ciudad casi siempre es sólo eso.

Para superar esta realidad es necesario integrar a la Colombia urbana con el mundo rural y para lo cual es necesario reconocer y respetar del campo su diversidad, su capacidad de organización, sus maneras de producción, sus arreglos económicos, sus iniciativas políticas, sus relaciones con los ecosistemas.

Afianzar la identidad nacional y corregir el camino exige ir a la entraña, al mundo rural, reconocer la importancia del campo, y esto no es un asunto de caridad, es la dignidad merecida por todos sus habitantes. Ese es el reto: pasar del círculo vicioso de la negación y el aislamiento al virtuoso del reconocimiento y la integración; los campesinos no sólo son capaces de liderar su propio bienestar sino de aportar al de todos los colombianos.

jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro


http://conversarypensar.blogspot.com/2013/12/algunos-productos-del-autor-del-blog.html


viernes, 14 de agosto de 2015

El insomnio de la productividad

Había un mundo feliz en el que las máquinas no terminaban en la palanca o el teclado si no que de ellas hacía parte también el operario y el oficinista, la producción controlaba a estos humanos como periféricos de los aparatos a los que estaban conectados y cada ocho horas tenían relevos en los turnos de trabajo.

Para lograr que las ganancias siempre se acrecentaran era necesario contar con personas dispuestas a la eficiencia por encima de todo y esto se lograba maravillosamente; era el resultado de siglos de cambio cultural centrado en las aspiraciones del individuo, el descrédito de lo comunitario y la conversión del egoísmo en el mayor valor para guiar la sociedad.

Desde muy chicos en sus hogares les transmitían que al ser adultos serían valorados por sus ingresos y la manera de gastarlos en centros comerciales, automóviles, bisturís, parejas y otras deslumbrantes mercancías.

El sistema era eficiente, los padres impulsaban a sus hijos a ser siempre los primeros en la carrera de triciclos, en el equipo de fútbol, en las notas escolares, repetían: sólo sirve ser el primero, los demás son perdedores. El principal motivo para elegir que aprenderían sus pequeños era el cuanto ganarían en sus oficios de adultos.

Los estudiantes insistían y lograban que los profesores fueran prácticos, divertidos, ligeros y que no los perturbaran con esas tediosas teorías que explicaban los fenómenos y las causas; la sociedad había avanzado y fue aceptado como pilar de la enseñanza que no era importante aprender a sumar ya que la calculadora había rescatado a la humanidad de ese farragoso asunto.

La educación había sabido responder de manera satisfactoria a la crítica frecuente del mundo productivo que la acusaba de no conectarse con las necesidades de la ganancia;  por fortuna habían sido relegadas a su mínima expresión las humanidades, el arte y la música; la academia lograba operarios específicos, oficinistas repetitivos, directores sin liderazgo, médicos sin pacientes pero con clientes, agrónomos sin campesinos pero con rentabilidad; la eficiencia había sido lograda.

En el trabajo les decían que llegaban a una gran familia, leían los valores éticos de la empresa, comprendían con ilusión que debían estar disponibles para cuando los necesitaran, que trabajar tiempo extra sin paga era un gesto de compromiso; en diez años ya habían tenido igual cantidad de empleos; pero eso no importaba, desde su más tierna edad habían sido formados para vivir en la incertidumbre del contrato, en la precariedad del suelo y en las necesidades de del servicio.

En las charlas de motivación con la sicóloga de la empresa les recordaban que eran un equipo y debían ayudarse; en las reuniones de trabajo y cumplimiento de metas se les exigía competir todos contra todos; el sistema funcionaba bien, ya en esta etapa de la vida contaban con la ventaja firme de ni siquiera notar las contradicciones.

Para bienestar general los momentos de ocio  eran pocos, los niños tomaban ocho cursos adicionales a sus labores escolares, los adultos usaban casi todo su tiempo en el trabajo y transporte diario.

La diversión más frecuente era matar el tiempo libre desde alguna pantalla que le evitará dar vida a la conciencia de si mismo; también ya se había superado esa época primitiva de ser hincha de un equipo local y ya todos compraban camisetas y abalorios de uno o dos equipos grandes del universo con los cuales se conectaban a través de la  televisión.

Estaba en vía de superación esa atávica costumbre de conversar con el vecino, mirar la cara del interlocutor y aún la peor: dirigirle la palabra a otros en los sitios comunes donde pudieran coincidir.

La inteligencia se evidenciaba en la capacidad para hacer buenas compras un día de promoción; en la habilidad para la gimnasia bancaria y las acrobacias con los días de cierre de las tarjetas de crédito.

Esta sociedad era feliz, exhibían los objetos y el oropel que sus padres y abuelos nunca habían soñado, sabían cual era la última tontería del artista de moda, contaban con una dosis diaria de me gusta en sus cuentas sociales y estaban seguros que no había límites en y para el planeta.

Un disidente dice que protegidos por sus sábanas duermen mal, se sienten solos y frustrados, ¡Sólo es un desadaptado!

miércoles, 15 de julio de 2015

En el mundo pues no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado – Paco Ibañez

Su música es una emotiva fiesta a la esperanza, la nostalgia, la libertad, la tragedia y también al horror que somos los humanos. El mundo actual con su técnica, su consumismo, sus vastas redes de comunicación hacen percibir una superficie distinta, pero la humanidad mantiene y conservará su esencia fraguada y sedimentada durante miles de años en los que hemos sobrevivido como especie y como sociedades.

A esa naturaleza humana es a la que canta Paco Ibáñez, y para ello hace resonar a los poetas del Siglo de Oro Español cuando entona: Es Amarga la Verdad de Francisco de Quevedo; de época anterior re-crea al Arcipreste de Hita con: Lo Que Puede el Dinero; un contemporáneo, George Brassens, retumba feliz y valeroso en las seis cuerdas de su guitarra y en las cuatro de su voz cuando de él interpreta La Mala Reputación.

Esta música es una contraposición al mundo de hoy donde lo vasto de la comunicación hasta aisla, donde el estruendo y la sensación efímera ahogan la belleza de la calma y lo perdurable, la humanidad sigue asentada y necesitada de su esencia, no hay que confundir el cascarón con la nuez.

Sus notas y poesía exigen calma, silencio, sensibilidad, como condición para que ellas se queden flotando en el ambiente y en el alma; todo esto es antagónico a las expresiones estridentes de hoy, que además vienen con fecha de vencimiento, como enlatados que hay que consumir y tirar tan pronto como pasa la última nota o cucharada...

@jairmontoyatoro
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Dar clic para deleitarse con Paco Ibáñez 





jueves, 25 de junio de 2015

Película Home: La trama de la vida

En el planeta la energía fluye, la materia pasa de unos organismos a otros, los seres vivos transforman la tierra, los ecosistemas vibran y en ellos están los nichos en los cuales los humanos han prosperado y creado su cultura. ¡La tierra es una gran trama de vida!

La película Home, cuenta la maravillosa historia de la vida en la tierra, narra como se labran las montañas, se forman los océanos, se salan los mares, como los organismos toman la energía de la tierra y el sol para existir, reproducirse y transformalo todo.

El ser humano hace parte de esa historia. Consciente de su fragilidad ha creado una cultura que le ha permitido no sólo subsistir sino aumentar su influencia sobre los ciclos de este mundo vasto, diverso y frágil. 

Home es un viaje visual y musical con contenidos profundos que entrelazan paisajes espléndidos, culturas sorprendentes y sueños cumplidos que han mutado en riesgos; aborda de manera integral la contradicción que es hoy la tierra: esa vulnerable casa que acoge al ser humano y ese lugar de tragedia, ecocidio y suicidio en el que se le está convirtiendo.

La película evidencia las consecuencias de una cultura minoritaria y globalizante que tiene como pilares de su existir la  voracidad por los materiales y la energía, el despilfarro y la exclusión.

Sus bellas imágenes son tomas aéreas reales logradas por el fotógrafo francés Yann Arthus-Bertrand en 54 países y 120 localizaciones.

Es una película para disfrutar en soledad, compartir con la familia, usar en educación;  es una oportunidad para quitar velos e impulsar acciones hacia un vivir más humano y respetuoso en nuestro único hogar.

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https://www.youtube.com/watch?v=SWRHxh6XepM

jueves, 11 de junio de 2015

“Nuestra causa se juzga por los propósitos y la adversaria por los resultados” - Estanislao Zuleta

Nos desarrollamos como individuos a través de nuestra vida y como pueblos a través de la historia común, este caminar como sujetos y como vecinos lleva a la domesticación de muchos de nuestros instintos, es decir: el espécimen y la especie se van humanizando; el tránsito juntos ha permitido cultivar la convivencia y ahí hay logros fundamentales que sustentan las sociedades.

Vivir en comunidad de manera saludable exige el reconocimiento del otro y esto lleva a admitirlo, a permitir y facilitar su existencia, su desarrollo y no sólo al lado sino conmigo; ese es el ideal, ahí se expresa la humanización.

La alteridad, el ponerse en los zapatos del otro,  no sólo es difícil con el lejano sino también con el próximo, con el familiar, con el compañero de trabajo, con el vecino; la conducta propia hacia los otros en muchos casos dista del respeto y el reconocimiento merecido; es más, son frecuentes las relaciones cotidianas basadas en la hostilidad, la burla y el murmurar continuo hacia aquellos con los que se comparte la balsa de la vida.

¡Y claro! En esto  consiste la humanización, en desbravar esos impulsos y como consecuencia  tener comportamientos más equilibrados,  más fructíferos en el encuentro con los demás; para lograrlo deben superarse conductas que de manera explícita o velada se sustentan en el desconocimiento del otro, por ejemplo la expresión: “Lo respeto pero no lo comparto”; es usada casi siempre como una salida aparentemente considerada, pero en realidad está sustentada en la negación del otro, se usa para salirse del paso, porque en su fuero interior, quien dice la frase, sólo reforzará sus sentimientos y razones para continuar en la otra orilla, sin el interés genuino de ponerse en el lugar del otro, en sus circunstancias, en sus motivos, en su historia.

El filósofo colombiano Estanislao Zuleta nos pone en evidencia cuando expresa:

“... Hay que observar con cuánta desgraciada frecuencia nos otorgamos a nosotros mismos, en la vida personal y colectiva, la triste facilidad de ejercer lo que llamaré una no reciprocidad lógica: Es decir, el empleo de un método explicativo completamente diferente cuando se trata de dar cuenta de los problemas, los fracasaos y los errores propios y los del otro cuando es adversario o cuando disputamos con él. En el caso del otro aplicamos el esencialismo: lo que ha hecho, lo que le ha pasado es una manifestación de su ser más profundo; en nuestro caso aplicamos el circunstancialismo, de manera que aún los mismos fenómenos se explican por las circunstancias adversas, por alguna desgraciada coyuntura. Él es así; yo me vi obligado. Él cosechó lo que había sembrado; yo no pude evitar este resultado. El discurso del otro no es más que de su neurosis, de sus intereses egoístas; el mío es una simple constatación de los hechos y una deducción lógica de sus consecuencias. Preferiríamos que nuestra causa se juzgue por los propósitos y la adversaria por los resultados...”

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El elogio de la dificultad y otros ensayos - Estanislao Zuleta

Imagen tomada de: http://es.slideshare.net/superdeville/estanislao-zuleta-elogio-a-la-dificultad

viernes, 24 de abril de 2015

Día del idioma y para que sirve la luna

El castellano lo hablan cerca de 500 millones de personas, es la segunda lengua materna, después del mandarín; y es la más hablada en América Latina. La lengua de Cervantes se consolida hacia el siglo XII y como todo lenguaje vivo sigue evolucionando, dejando en desuso palabras, maneras y asimilando otras.

Su principal origen es el latín, heredado de la conquista y presencia romana en la península durante siglos, pero aún bajo el dominio de este imperio, pueblos que habitaban antes estas tierras como los Íberos, Celtas y hasta Cartagíneses de Aníbal (Fenicios) dejaron su legado en palabras como: manteca, barranco, cerveza, perro, lengua, busto, conejo; posteriormente los árabes entregan vocablos como: azul, alcohol, café, talco, tarifa, quiosco, marfil, jabalí. ¡Y claro! La conquista de América se convertirá en una ampliación de palabras y usos.

Las lenguas de los pueblos originarios de América Latina como el Náhuatl, Quechua, Aymara, Guaraní, Caribe, han enriquecido el español con términos como canoa, Aguacate, zoquete, papa, cancha, ají, hamaca, chocolate, huracán, jaguar, caimán, carpa, caucho, cigarro, colibrí, galpón, coyote.

La sonoridad del español y su música interna son un híbrido que se cuece desde hace un poco más de mil años, el goce que produce una bonita frase, el embrujo de una buena historia leída o escuchada, son de los tantos regalos que da esta lengua de origen mediterráneo y enriquecida por los pueblos litorales, andinos y llaneros de Sur América.

Hablar en español no implica sólo la pertenencia a una lengua, sino también  el ser de una geografía, de una historia y de un mundo; desde aquí, desde el Sur, el español es importante para millones que se comunican, aman y discuten en él; y desde esa cotidianidad han surgido grandes exponentes, creadores y transformadores del uso castellano como Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, García Marquez, Octavio Paz, Ernesto Sábato, Vargas Llosa.

Para celebrar el día del idioma la invitación es a disfrutar de un texto corto de William Ospina dedicado al libro, aquella ventura de la lengua escrita que permite hablar inclusive con los lejanos en el tiempo, el espacio y la cultura.

@jairmontoyatoro

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martes, 14 de abril de 2015

Guerras calladas - Eduardo Galeano


No estalla como las bombas
ni suena como los tiros,
el hambre,
que mata callando,
mata a los callados.

De ellos sabemos todo.

Los expertos, los Obrólogos los estudian 
y nos ofrecen los datos actualizados:
Qué no comen,
en qué no trabajan,
cuántos son,
cuánto no pesan,
cuánto no miden,
qué no tienen,
qué no piensan,
qué no votan,
en qué no creen...

Solo nos falta saber,

por qué los pobres son pobres.

Ellos, los muertos de las guerras,

los presos de las cárceles,
los brazos disponibles,
los brazos desechables,
sin tierra,
sin casa,
sin camino... 
¿Será que los pobres son pobres

porque su hambre nos da de comer
y su desnudez nos viste? 
¿Qué sería de nosotros sin ellos? 


Eduardo Galeano



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@jairmontoyatoro

jueves, 19 de marzo de 2015

La invención del tercer mundo - Arturo Escobar

¡Es que allá si son desarrollados! Frase frecuente en conversaciones cotidianas para comparar la existencia de Latinoamérica con ese otro mundo deslumbrante y “correcto” del norte, estas expresiones siempre son peyorativas de lo propio y consecuencia del arraigo de la propaganda del “progreso”.

Desde mediados de los años 40 del siglo XX el “desarrollo” ha sido el evangelio promulgado y exigido por la casta sacerdotal actual: economistas y planificadores; ellos “describen” como se vive en estos mundos, que falta y exigen el cumplimiento de recetas para un día ser clones de ellos, de sus ostentosos “paraísos”.

Esta propuesta de “desarrollo” poco tiene en cuenta las maneras, intereses, aciertos, y saberes de la mayoría de familias, campesinos, obreros, indígenas, negros, pequeños productores y comercializadores que son su objeto” de estudio y acción.

Se esperaría que después de 60 años de discurso y actuación del “progreso” los problemas de los pobres hubieran sido resueltos, pero no es así; la exclusión y la precariedad siguen rampantes, especialmente en el mundo rural.

En Colombia los hogares rurales en pobreza (que no tienen como adquirir una canasta básica de alimentación, salud, educación, vestido) y en miseria (que pasan hambre)son el 46% y 22% respectivamente. En la zona rural en Colombia viven 14 millones de personas.

El “desarrollo” promete salvar a los “atrasados”, pero casi nunca lo logra y en cambio muchas de sus consecuencias son pueblos empobrecidos, modos de producción e intercambio desaparecidos, ecosistemas degradados y perdidos.

Al “progreso” poco se le cuestiona, poco se le pregunta por sus intenciones veladas, poco se le reclama por sus resultados ineficientes y hasta perjudiciales; por el contrario parece un chiste de mal gusto seguir esperando que para superar los problemas hay que aplicar más del mismo remedio pero en dosis más altas. ¿Esto es razonable?

Arturo Escobar investigador colombiano ha hecho un gran trabajo para entender estos modelos de “progreso”, uno de sus libros: La Invención del Tercer Mundo, describe, contrasta y propone como el discurso del “desarrollo” necesita inventar el “subdesarrollo” para nutrir los privilegios del “primer mundo” y justificar sus intervenciones en los países del “tercer mundo”.

Este libro se centra en la lógica, programas y acciones del “desarrollo” en el campo colombiano, Escobar expone y diserta desde la política internacional de Estados Unidos sobre el tema, hasta las fórmulas aplicadas en Colombia desde hace seis décadas; contenidos y acciones que casi no han variado durante todo este tiempo, sólo cambios de matices y nombres.

Debajo del discurso de “desarrollo” hay exclusión, negación, negativización de las otras maneras de existir; miles de pueblos en el mundo han cultivado otras formas económicas, sociales, de adaptación a los ecosistemas; pretender que sólo hay una manera “correcta” y es la del llamado “progreso” es por lo menos pretencioso, excluyente y dominante.

Al observar la realidad se evidencia la incapacidad del discurso y acción del “progreso” porque “después de 60 años de recetas de crecimiento económico, endeudamiento perpetuo y exclusión” no han logrado solucionar los problemas que prometían superar; hay cambios en acceso a salud, educación, información pero sólo para segmentos escasos de población; las inmensas mayorías siguen excluidas de este festín prometido, y peor aún, muchas comunidades han sido perjudicadas al ser avasalladas sus tierras, sus costumbres, sus arreglos económicos, sus saberes.

Al otro extremo de los pobres crecen de forma enfermiza la acumulación, el despilfarro, el pensar y actuar excluyentes y dominantes que tanto disfrazan de formas caritativas y bienhechoras. Para que este pequeño grupo siga aumentando sus privilegios es necesario que gran parte del mundo tenga que seguir perdiendo sus tierras, entregando sus salarios por apenas la sobrevivencia y vendiendo sus materias primas y productos por precios que ni siquiera pagan los esfuerzos necesarios para generarlos.

El actual modelo de “desarrollo” no es una senda que todos los países puedan caminar y llegar a un mejor lugar, sino que nutre el sistema “centro – periferia” en el cual en la mitad están los pocos grupos de alto ingreso y allá en las afueras están las inmensas mayorías como despensas de mano de obra, materias primas y ecosistemas baratos.

Este “desarrollo” no valora lo existente en estas tierras, parte de sus prejucios pontificando que lo que se hace y como se hace en estos lugares “atrasados” no es correcto; están mal  la organización comunitaria, la solidaridad, las formas de producción, las formas de intercambio, los saberes; todo eso está mal y lo “bueno” es que estas sociedades se viertan en el mercado, la bancarización, el consumo desaforado y el crédito eterno.

En el Sur se deben reencontrar, encontrar y cultivar las maneras propias de vivir, para ello hay que estudiar juiciosamente lo propio y las teorías del “desarrollo”, contrastar todo, someterlo a tensión, a discusión y como fruto seguir cultivando, divulgando y defendiendo las múltiples realidades y arreglos socioeconómicos que permitan un digno vivir en estos territorios.

@jairmontoyatoro


 Ir al libro La Invención del Tercer Mundo de Arturo Escobar

viernes, 6 de marzo de 2015

Informe Planeta Vivo 2014

Los humanos en su proceso evolutivo y cultural han intervenido los ecosistemas que habitan, de hecho hay evidencia de pueblos que colapsaron como consecuencia de la degradación ocasionada a sus ecosistemas, por ejemplo Los Mayas en Centroamérica o El Imperio Khemer en Asia; lo particular del momento actual es que los humanos ya no sólo intervienen en algunos ecosistemas sino en la biosfera como totalidad; es una peligrosa realidad.

Tratar de entender la magnitud de lo que comúnmente se denomina “crisis ambiental” es una tarea que exige profundidad y amplitud en la información, además de análisis rigurosos.

WWF es una organización que ha hecho un gran trabajo para aportar información, análisis y rutas que permitan comprender la magnitud de lo que sucede; uno de sus frutos más relevantes es el Indice de vida del planeta, el cual se basa en el seguimiento a más de 10.000 poblaciones representativas de mamíferos, reptiles, aves, anfibios y peces.

En el Informe Planeta Vivo 2014, WWF divulga estudios que analizan datos desde 1970 y lo que evidencian es que al año 2010, las 10.000 poblaciones observadas han reducido sus tamaños en un 52%, tomando como año base 1970; toda una calamidad; pero la situación es aún peor cuando se estudian los datos de Latinoamérica, en esta región  la pérdida de tamaño de poblaciones es del 83%; sólo quedan 17 individuos de cada 100 que existían 40 años antes.

La situación es más grave donde hay mayores índices de Biodiversidad, es importante recordar que Brasil, Colombia, Perú están entre los países megadiversos y están en la zona que se describe de mayor pérdida de especies.

Al abordar el peso de las diversas amenazas a las especies el informe las describe así: 37% la explotación, 48% la degradación o pérdida de hábitat, 7% cambio climático, 5% especies invasoras, 4% contaminación y 2% enfermedades; como se puede evidenciar el origen de la gran mayoría de las amenazas es el Homo sapiens.

La arista más protuberante de la modernidad es su modelo de producción-consumo, en el cual la gran dictadora es la economía, desde donde se impulsa el crecimiento ilimitado; lo anterior vale la pena ponerlo en contraste en un biosfera finita, ¿acaso eso es esto razonable? No es posible el crecimiento infinito (de la economía) dentro en un sistema finito (la biosfera).

Como evidencia el Informe Planeta Vivo 2014, el publicitado Desarrollo Sostenible, que viene siendo promovido hace ya tres décadas no está ni siquiera logrando contener la tendencia de pérdida de biodiversidad, la evidencia es contundente.

Los organismos no existimos separadamente, todos hacemos parte de un mismo tejido en el cual interactuamos con otros organismos y con elementos abióticos, la escasez o pérdida de alguna especie significa el descalabro de una trama de vida que va mucho más allá de la especie misma, y por lo tanto se generan ondas de degradación o pérdida en otros niveles de la red de la vida.

Tratar de pensar lo ambiental exige acercarse a las tramas de vida, cuando lo ambiental sólo son normas comerciales como las ISO y estrategias similares no se va más allá de un abordaje administrativo y de negocio que apenas toca superficialmente el problema; cuando alguien habla del cuidado del ambiente o la naturaleza sin comprender-sentir lo relacionado con las tramas de vida, muy seguramente está sólo “echando cuento”.

La gran amenaza a los ecosistemas naturales es nuestro actual modelo de “desarrollo” que implica relaciones producción-consumo voraces, glotonas y además excluyentes; seguir repitiendo el modelo preponderante es continuar el camino al abismo que el Informe Planeta Vivo 2014 demuestra.

El reto actual es encontrar formas de habitar más respetuosas con los ecosistemas y eso incluye a productores y consumidores; hay rutas para vivirlo y crearlo en conceptos como economías locales vibrantes, producción de ciclo cerrado, pero ante todo esta sociedad deberá contenerse frente al consumo excesivo, el derroche y la acumulación enfermiza.

@jairmontoyatoro


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miércoles, 11 de febrero de 2015

El largo camino hacia la libertad - Nelson Mandela

Quizás todo empieza sólo por la percepción de que el otro es diferente, luego en esa diferencia germina la intención de alejarse, de separar al distinto; más adelante la separación se convierte en exclusión, y en muchos casos esa exclusión desemboca en el deseo y aniquilación del otro.

Este recorrido frecuente de los humanos es el camino de la guerra, pero la guerra no sólo se da entre ejércitos; la guerra campea en la cotidianidad de muchos pueblos, en el día a día de amas de casa, de niños, de padres, de hermanos, de compañeros de territorio y de camino.

Una de las expresiones dramáticas de los últimos tiempos de estas guerras fue el apartheid en Sudáfrica; país en el cual un grupo de colonos holandeses llegados a estas tierras hacia el año 1.600 constituyeron un régimen oprobioso y denigrante para todos aquellos que les fueran diferentes.

Esa calamidad duró más de 300 años, la minoría blanca (15% de la población) gobernaba y abusaba de negros, mestizos e indios con los que compartía el territorio. Hacia 1.940 resurge la lucha de los oprimidos por sus derechos políticos; esa lucha se gesta dentro del seno de la Congreso Nacional Africano – CNA, al cual llegan líderes como Walter Sisulu, Oliver Tambo y Nelson Mandela, entre otros.

La lucha de los excluidos por ser ciudadanos dentro de su propia tierra lleva al gobierno blanco a extremos ignominiosos suprimiendo partidos políticos, organizaciones, manifestaciones, reuniones, etc. y en el año 1.964 condena a cadena perpetua a más de una decena de líderes políticos, uno de ellos es Nelson Mandela.

Mandela estará en la cárcel 27 años, los 18 primeros en la isla prisión Robben, prácticamente incomunicado, podía recibir una carta de su familia cada seis meses y sólo dos años después de iniciar su presidio recibió la primera visita, de media hora y través de un vidrio, de su esposa; los últimos nueve años estuvo en otras prisiones.

Dice Mandela que el fin principal de la cárcel es destruir al individuo, aniquilar su lucha, sus sueños, su esperanza, vencer su alma; Mandela logra sobrevivir a ello.

El gobierno ofreció a Mandela 16 veces, en los últimos años de presidio, salir de la cárcel; él no aceptó estas propuestas porque siempre imponían restricciones a su lucha y siempre hizo saber que la libertad de su pueblo era más importante que la liberación de Mandela; siempre dijo que una vez liberado seguiría con la misma lucha y con los caminos que esta exigiera hasta lograr derechos políticos plenos para todos los sudafricanos.

El 11 de febrero de 1.990, después de 27 años de cárcel, humillaciones y oprobios este hombre le muestra al mundo que su lucha nunca ha parado, que su llama no sólo sigue viva sino que se ha consolidado y decantado, que las acciones continúan hasta lograr el fin último que es la libertad de su pueblo.

Una vez liberado Mandela la violencia se recrudece contra los asentamientos negros, decenas de masacres con miles de víctimas; inclusive asesinan a uno de los líderes nacionales más queridos del CNA. Durante los cuatro años de negociación pública (1990-1994) los más recalcitrantes y peligrosos del régimen intentan hacer fracasar el proceso valiéndose del horror contra los negros e inculcando el miedo entre los blancos.

La lucha contra el apartheid en Sudáfrica se da en una África que intenta su descolonización y en la cual la arenga más popular era “echad los blancos al mar”, y en la mayoría de los países así fue.

Mandela es grande, tan grande como el reto que tiene por delante, es un líder que no pierde la compostura ni la sagacidad que exigen las circunstancias; es así como nunca claudica en su propósito de liberar a los excluidos, pero tiene claro que el camino para lograrlo implica el respeto y el reconocimiento por el otro, el afecto por el enemigo, por aquel que ha sido el causante de tanto dolor en su pueblo.

No sólo no pensó que el camino fuera echar los blancos al mar, sino que les pidió que se quedaran que también eran hijos de África y que los necesitaban para seguir construyendo un mejor lugar para vivir juntos.

Mandela expresa “No hay que devastar Sudáfrica para liberarla”; la firmeza de su lucha siempre fue contra el régimen excluyente no contra los blancos por sí mismos; siempre dijo que aquel que abandonará el apartheid era bienvenido.

Las negociaciones traen como resultado las primeras elecciones generales en 1.994, en ellas votaron negros, mestizos, blancos e indios; Mandela a sus 74 años se convierte en el primer presidente elegido con la participación de todos los Sudafricanos; una gran victoria para muchas vidas de lucha.

El acuerdo de negociación y su fruto las elecciones generales, fueron un gran paso, un punto de llegada, pero también un punto de partida para seguir cultivando una vida en común una vida más digna para todos; estos pueblos y sus líderes, Nelson Mandela para los negros, Frederik de Klerk para los blancos, nos enseñan que es posible cambiar nuestra manera de habitar sin destruir al otro.

Mandela dice “Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que trabajar con él, entonces se convierte en tu compañero”; la negociación es un proceso de estar juntos, de no ver al otro sólo en la diferencia, en la separación, en la exclusión, en la aniquilación; sino todo lo contrario; sentirlo en lo compartido, reconocerlo en sus aciertos, comprenderlo en sus errores.

Mandela triunfa, lidera el derrocamiento de un régimen inhumano, lo logra por la vía de la negociación; y mucho más que la caída del régimen “Mandela libera a los negros del apartheid y a los blancos de su culpa”.

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com


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