miércoles, 3 de diciembre de 2014

Crónicas de un inminente etnocidio en el cañón del río Cauca - Hidroituango

Cuando un pueblo o una etnia desaparecen, bien sea porque sus individuos dejan de existir o los pocos que quedan son absorbidos por otra cultura, la humanidad pierde un mundo, una cosmogonía, una manera de habitar.

Para desaparecer como pueblo no sólo hay que morir, basta tener que integrarse a otro mundo, como el de las grandes ciudades, donde en la inmensa mayoría de los casos los recién llegados se incorporan a la gran masa de excluidos urbanos que apenas sobreviven.

Un etnocidio es una pérdida irreparable.

América ha sufrido etnocidios generalizados desde hace 500 años; ¡Qué poco queda de los pueblos originarios de estas tierras! Y los que aún sobreviven siguen siendo arrinconados, vilipendiados y hasta extinguidos.

El caso de los Nutabe en los andes de Colombia, en el cañón del río Cauca es una muestra contundente del drama que hoy siguen padeciendo los pueblos originarios y sus descendientes. Hace 500 años las razones de los abusadores eran el oro, durante la colonia lo fueron las plantaciones y hoy los abusivos tienen la máscara del “desarrollo o progreso”.

En el territorio ancestral de los Nutabe se construye la Gran Represa de Hidroituango.

Es recurrente como el inveterado olvido estatal hacia las poblaciones marginadas sólo aparenta desaparecer cuando el “desarrollo” exige de estos habitantes abandonados  sus tierras y como consecuencia de ello borra su manera de vivir, de relacionarse, sus costumbres, sus prácticas, su conocimiento.

El “desarrollo” es una palabra que han cargado de ilusión, con la cual pretenden y han logrado “deslumbrar” a la sociedad actual; parece que los “conquistadores” sólo han cambiado las cuentas de vidrio por otros artilugios del siglo XXI; es tan eficaz su discurso que inclusive han hecho sentir que por el “progreso” vale la pena sacrificarlo todo y a todos; ofrendar el lugar que se habita, la cultura, la historia y hasta pueblos enteros.

La promesa del “desarrollo” es que a la vuelta de la esquina espera un mundo fácil y pletórico de felicidad para todos; los expertos en desarrollo -normalmente políticos no muy bien informados y/o intencionados y empresarios bien informados y no siempre bien intencionados- dicen que sólo hay que seguir sus indicaciones, sus reglas, sus exigencias y la magia del “progreso” llevará a todos al paraíso prometido.

¡Cómo no deslumbrarse con la energía eléctrica! ¡Cuánto dependemos de ella! ¡Cuántos beneficios y excesos colma! Pero también cuánto de su historia, propósitos y forma de generarla ignoramos, por ejemplo los miles de desplazados como consecuencia de proyectos hidroeléctricos.

Se dice que la energía eléctrica sólo podrá ser “buena”, sólo podrá llevar alegría a todo el mundo; pero esa no es la verdad completa de una sociedad cada vez más voraz y glotona de energía; los humanos nunca habíamos usado tanta energía como hoy, pero estamos lejos de saciarnos y se exige más y más de ella; no sólo para el bienestar de amplias poblaciones sino especialmente para el exceso de unos pocos privilegiados.

No hay que seguir viviendo el “desarrollo” como un dogma, hay que ponerlo en tensión, hay que buscar su justo medio, hay que revelar no sólo sus beneficios sino también sus precariedades, sus limitaciones, su capacidad excluyente y en muchas ocasiones las perversidades de quienes lo usan como antifaz.

El libro Crónicas de un inminente etnocidio en el cañón del río Cauca, escrito por el antropólogo Jorge Eliécer David Higuita, da cuenta de la actualidad del pueblo Nutabe y las consecuencias sobre ellos del proyecto Hidroituango; en este libro se dan a conocer tramas de la región que será inundada para esta gran represa.

Lo narrado en el libro es la historia en un momento concreto, contado desde la vida de centenares de Nutabes y de otros habitantes del territorio; pero esta no es una historia exclusiva de ellos, esta es la realidad que se repite en millones de seres humanos que no tienen siquiera historia, esta es la cotidianidad de los olvidados, de los desposeídos, de los ignorados, de los excluidos, de los desalojados, los cuales también son una expresión del llamado “desarrollo o progreso”.

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com




https://drive.google.com/file/d/0BxTkwaQhBwkcVXVmbmlMWURQSFk/view?usp=sharing

lunes, 10 de noviembre de 2014

La conquista de la felicidad - Bertrand Russell

"No sé -nadie puede saber, creo yo- si en el siglo xx la gente ha sido más feliz o menos que en otras épocas. No hay estadísticas fiables de la dicha (v. gr.: ¿nos hace más felices la televisión o el fax?) y aunque los mucho mejor acreditados índices de infortunio -guerras con armas de exterminio masivo contra la población civil, matanzas raciales, campos de concentración, totilatarismo policial, etc.- resultan francamente adversos, no me atrevería a sacar una conclusión de alcance general. Se dice que el siglo ha sido cruel, pero repasando la historia no encontramos ninguno decididamente tierno. Parafraseando a Tolstoi (quien a su vez quizá se inspiró en Hegel) deberíamos atravernos a afirmar que los siglos felices no pertenecen a la historia pero que cada una de las centurias desdichadas que conocemos ha tenido su propia forma de infelicidad...

Lo que sí podemos asegurar es que los grandes pensadores de los últimos cien años no han destacado precisamente por su visión optimista de la vida. Tanto el nazi Heidegger como el gauchiste Sartre compartían un ideario existencial marcado por la angustia, cuando no por el agobio: el hombre es un ser-para-la-muerte, una pasión inútil. La noción de felicidad les parecía -a ellos y a tantos otros- un término trivial, tramposo, inasible. Querer ser feliz es uno de tantos espejismos propios de la sociedad de consumo, un tópico ingenio de canción ligera, el rasgo complaciente que degrada...

... Aunque Russell es un crítico exigente de la sociedad industrial contemporánea, en modo alguno consiente en idealizar supuestos paraísos rurales y artesanos de ayer. A diferencia de esos denostadores de la "trivialidad" de las diversiones audiovisuales modernas -los cuales parecen suponer que antes de inventarse la televisión todo el mundo pasaba su tiempo leyendo a Shakespeare, reflexionando sobre Platón o interpretando a Mozart- Russell subraya el enorme tedio que debía planear sobre las sociedades anteriores al maquinismo y sus entretenimientos. En realidad, el aburrimiento siempre ha sido la verdadera maldición de la humanidad, de la que provienen la mayor parte de nuestras fechorías. Las sociedades preindustriales agrícolas debían de ser inmensamente tediosas... En cambio hoy "nos aburrimos menos que nuestros antepasados, pero tenemos más miedo de aburrirnos"...

... Nunca ha estado del todo claro si el secreto de la felicidad consiste en no ser completamente imbécil o en serlo. como casi todos los ilustrados occidentales (en Oriente se da mayor diversidad de opiniones al respecto), Bertrand Russell opta decididamente por la primera alternativa. Para ser razonablemente feliz hay que pensar de modo adecuado, no dejar completamente de pensar; hay que actuar correcta, inventiva y si es posible desinteresadamente, no dejar del todo de actuar, etc. Bueno, no le falta del todo razón: probablemente usted y yo, lector, podamos sacar más provecho de sus indicaciones llenas de sentido común que de las de algún místico renunciativo... Algunas desventuras podremos evitar atendiendo sus consejos, sin necesidad de cambiar demasiado radicalmente nuestro modo de vida..."

Fernando Savater

http://www.mercaba.org/SANLUIS/Filosofia/autores/Contempor%C3%A1nea/Russell/Russell,%20Bertrand-%20La%20conquista%20de%20la%20felicidad.pdf
Imagne tomada de http://gantillano.blogspot.com/2012/01/la-conquista-de-la-felicidad-primera.html


martes, 4 de noviembre de 2014

Investigación: La eficiencia económica de los grandes, medianos y pequeños productores agrícolas colombianos - Forero et al.

"La pregunta que se planteó esta investigación es la siguiente: ¿Es la agricultura familiar eficiente en términos económicos y pueden o no los agricultores familiares continuar contribuyendo al desarrollo social y económico?

Si bien la permanencia y reproducción de las comunidades rurales y por lo tanto el acceso a la tierra y a los medios de producción, es un derecho que tiene que ver con la identidad y la autonomía de los diversos grupos humanos... Y si bien se pueden plantear otros argumentos a favor de la permanencia de los agricultores familiares tales como la necesidad de estabilizar la sociedad rural dada la situación estructural de economías como la colombiana que no tienen la capacidad, en el sector urbano, de crear puestos de trabajo para absorber población migrante, ni de generar ingresos y condiciones de vida, por encima del nivel de pobreza para un amplio sector de sus habitantes. En fin, si bien los argumentos sociales y políticos pueden ser suficientes para que el modelo de desarrollo colombiano favorezca la permanencia de la agricultura familiar, cabe de todas formas preguntarse - y este es el propósito de esta investigación - sobre la eficiencia económica de la producción agrícola (pecuaria, forestal o pesquera) realizada a pequeña escala.

En Colombia, la viabilidad de la agricultura familiar ha quedado demostrda con su persistencia en las condiciones tan extremadamente difíciles y hostiles que ha tenido que enfrentar en el campo colombiano. Se constata, hoy en día, que la agricultura familiar contribuye con un poco más de la mitad de la producción agrícola, con cerca del 80% de la producción cafetera y con una tercera parte del valor de la producción pecuaria (varias fuentes en Forero et al. 2012 SISPAND). Sin embargo no deja de inquietar el interrogante sobre sus posibilidades de continuar contribuyendo al desarrollo económico del país y de seguir siendo una protagonista fundamental de nuestro sistema agroalimentario. Por supuesto que esta pregunta es crucial en el actual momento en que la sociedad colombiana busca la forma de resolver el conflicto rural y trata de encontrar cual es el  modelo de desarrollo que más le conviene al campo colombiano. En efecto en el país se ha debatido en los últimos años si los grandes empresarios son más eficientes que los pequeños productores y de ser así si el modelo de desarrollo debe centrarse en propugnar por el crecimiento de la denominada agricultura empresarial. A no dudar este debate se ha inclinado a favor de este tipo de agricultura a un punto tal que algunos académicos consideran que en el país se ha privilegiado un modelo de desarrollo agropecuario capitalista en detrimento de la producción de los pequeños agricultores dentro de los cuales se encuentran los denominados agricultores familiares y los campesinos.

Otra pregunta crucial es si en Colombia la agricultura familiar tiene la capacidad de generar ingresos a los hogares rurales que los coloque por encima del nivel de pobreza. En varias ocasiones se ha afirmado, con base en datos de las encuestas de hogares, que quienes trabajan en su propia tierra obtienen ingresos tan bajos que su condición de agricultores, a pequeña escala, no les permite salir de la pobreza. (López et al, 2.000: 75 a 77; Berry y Bejarano, 1.990: 250). Más claramente se ha insistido en que la pequeña producción agropecuaria reproduce la pobreza. Este planteamiento es refutado con la evidencia encontrada en varios países y muy específicamente en Colombia en donde en varios estudios, realizados en una amplia gama de zonas rurales, se ha mostrado que los campesinos (y los agricultores familiares) obtienen ingresos que remuneran su mano de obra muy por encima de los joranales agropecuarios y muy por encima también del salario mínimo legal vigente (Forero, 2010). Es decir se tienen evidencias que muestran que el trabajo agropecuario en sus propias parcelas es la mejor opción para que los hogares rurales obtengan niveles de ingreso por encima de la línea de la pobreza.

La cuestión es, entonces, si la agriculutura familiar puede continuar contribuyendo protagónicamente al crecimiento y a la estabilidad de la producción agropecuaria y si puede coadyuvar, además, a la superación de la pobreza rural. O si bien, en las actuales circunstancias, debe esperarse que más bien sea la gran empresa agrícola la principal responsable del desarrollo económico de la agricultura. 

Para dilucidar estos interrogantes esta investigación se planteó específicamente la pregunta sobre la eficiencia económica de los pequeños, los medianos y los grandes productores agrícolas. ¿Cuál de este grupo de productores es más eficiente?; ¿Cuál es ineficiente?

Y la respuesta, después de analizar la información levantada en doce zonas del país, es que, en promedio, tanto los grandes productores como los pequeños presentan indicadores de eficiencia económica, similares.  

La conclusión: Este estudio concluye que los productores agrícolas, indiferentemente de la escala de su actividad productiva, logran ser eficientes cuando acceden a condiciones aceptables, y que los pequeños productores, así como los agricultores familiares, muestran nítidamente no solamente su eficiencia sino también su capacidad para generar desarrollo económico y soluciones efectivas a la pobreza rural."


https://drive.google.com/file/d/0BxTkwaQhBwkcUGxPQnkydnFTbjQ/view?usp=sharing

lunes, 27 de octubre de 2014

Libro Colombia Compleja de Julio Carrizosa Umaña


"El libro Colombia compleja es un hito revelador del más profundo pensamiento del profesor Julio Carrizosa, quien no solo continúa provocando el debate como académico, ambientalista y político, sino que  plantea  y  desarrolla,  en un lenguaje  directo y poco pretencioso, preguntas  filosóficas acerca de la condición humana y las representaciones culturales de nuestras regiones, develando imaginarios y realidades que hacen de nuestro país una muestra de complejidad y belleza territorial, y  como tal, un reto a concitar visiones compartidas  y  acuerdos  entre  los diferentes  actores  sociales... 

... El libro cristaliza de manera ilustrativa las migraciones y las relaciones  socioculturales que se dieron y se siguen dando hoy en el país, mientras dedica un gran  espacio de análisis a las interrelaciones territoriales, mostrando una amplia gama de preocupaciones ambientales, políticas e institucionales. Colombia compleja constituye en este sentido un valioso testimonio visual y escrito de la historia de nuestras regiones y su gente,  que a través del  tiempo van construyendo vivideros o “terruños” tal y como el autor denomina estos espacios llenos de prácticas y vivencias sociales...

...Este libro aspira a que sus lectores comprendan mejor el país y que de esa  comprensión surjan explicaciones que aclaren lo que sucedió y lo que está sucediendo. Su estructura se fundamenta en la percepción del país desde el  pensamiento ambiental complejo, el cual se detalla en el Apéndice 2 y se resume así: el conjunto de ecosistemas que llamamos Colombia es uno de  los más complejos del planeta y la sociedad que hemos construido es muy  diversa pero es demasiado simple, son muy pocas las personas que deciden. 

El primer capítulo explica cómo esa sociedad simple ha imaginado el país,  el segundo describe la realidad de sus gentes, el tercero proporciona una  síntesis de su complejidad geoecosistémica, el cuarto describe algunas de  las relaciones principales entre sociedad y ecosistema, el quinto describe los sistemas ambientales territoriales principales del país, el sexto explica por qué el país es diferente, el séptimo identifica las estrategias principales que usamos para enfrentarnos a la complejidad de nuestro territorio y el octavo plantea algunas posibilidades de futuro...

jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro

Para descargar el libro dar clic en la imagen

https://redjusticiaambientalcolombia.files.wordpress.com/2014/07/colombia-compleja.pdf

jueves, 9 de octubre de 2014

La lengua de esta tierra brota, canta, sueña...


Octubre es un mes que han pretendido enseñarnos
es el de “descubrimientos” de esta tierra…

Este territorio de pueblos originarios, de mestizos,
de negros, de blancos, de latinos…
Vibra, sufre, sueña, ama, lucha,
canta desde siempre…

¡Cuánto y cómo se siente!
al oir a poetas con décadas de diferencia,
que con su juventud dan voz, música,
sueño, ilusión y dignidad a lo que somos…

¡Qué fortuna!
escuchar-sentir sus voces,
oir su poesía, vibrar latinos,
vivos y dignos en este SUR
en esta Latinoamérica…
jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro

Dar clic en la imagen para disfrutar cada una de las canciones




jueves, 25 de septiembre de 2014

Atlas global de justicia ambiental

 Atlas global de justicia ambiental


Colombia es uno de los cinco países que albergan la mayor biodiversidad del mundo, es una gran fortuna pero también es una gran responsabilidad para todos los que habitamos estos territorios.

Conocer, estudiar, apreciar nuestros ecosistemas es un asunto necesario y vital para que en el largo plazo estos lugares puedan seguir existiendo de manera equilibrada, con sus diferentes expresiones de vida y ella incluye la permanencia de los pueblos que habitan nuestra variada geografía.

En aras de aportar al acercamiento, estudio y profundización de herramientas para que la sociedad conozca y lidere procesos adecuados sobre lo ambiental, es que se propone el abordaje y difusión del Atlas Global de Justicia Ambiental.

Esta herramienta es fruto de un equipo internacional de expertos que viene construyendo y poniendo a disposición pública un Sistema de Información Geográfica - SIG con mapas temáticos y regionales que cubren conflictos ambientales de todo el mundo.

Los conflictos están agrupados en temas como: extracción de minerales, combustibles fósiles, agua, residuos, turismo, biodiversidad, energía nuclear, infraestructura, industria. La plataforma permite el acceso a información de decenas de variables sobre los más de 1.200 casos documentados hasta hoy; los datos se pueden filtrar por países, por compañías, por producto, por tipo de conflicto, etc.

De acuerdo con este atlas Colombia es el segundo país con la mayor cantidad de conflictos ambientales, 98 casos, estando mád del 70% de ellos relacionados con extracción de minerales y usos del agua; en todos los casos se puede acceder a información sobre el origen del conflicto, los actores, la población afectada, las acciones que se han tomado, etc.

Muchos de los conflictos colombianos son en páramos, humedales, selvas, manglares, territorios indígenas y campesinos; lugares que acogen gran cantidad de biodiversidad endémica y de culturas únicas. Estos conflictos afectan de manera directa a más de ocho millones de colombianos y sus impactos directos son en más de dos millones y medio de hectáreas.

La inmensa mayoría de los casos que hoy Colombia padece han sido originados en los últimos 20 años y parece que la tendencia es seguir aumentando, máxime cuando las empresas y los políticos niegan y minimizan la gravedad del problema y al contrario de reforzar herramientas para una mayor responsabilidad con los ecosistemas se relajan y hasta eliminan los pocos e ineficientes controles existentes.

Para contrarrestar este modelo arrasador de ecosistemas, culturas y pueblos, es necesario informarse, estudiar, discutir, socializar, movilizar y ahí hacen un aporte importante recursos como el Atlas Global de Justicia Ambiental.

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com

viernes, 5 de septiembre de 2014

Hablando desde La Educación Prohibida

De la educación se habla con frecuencia, se le alaba, se le critica, se le pide, se espera mucho de ella, se dice que es el camino para superar todos los problemas sociales, se dice que los estudiantes no quieren aprender, que los maestros son malos, que para el gobierno no es una prioridad, que la escuela es aburrida, que las familias no hacen su tarea... Se dice que...

Lo que se ha hecho hasta hoy en educación tiene aciertos, muchos, pero también hay que evidenciar sus precariedades, sus malos resultados, sus efectos dañinos.

El modelo de educación imperante sigue soportado en el adiestramiento, en lo instrumental, en la competencia; además se le ha integrado el Fordismo, que se expresa en estandarización, masificación y productividad; buscando como fin lograr grandes volúmenes de sujetos con información y un parecer similares, que puedan integrarse eficazmente al modelo de producción y consumo que rige la sociedad.

La educación debe ser mucho más que formar trabajadores calificados y adiestrados, que formar consumidores voraces y con capacidad de compra; la educación debe mantener y animar el gusto humano por el conocer, por el aprendizaje; hay que ayudar a los estudiantes a cultivarse y desde ahí dejar brotar, dejar emerger... Dejarlos seguir sus caminos; a esta sociedad del control y la productividad le asusta lo anterior ... Se dirá que se pierden tiempos, que se pierden recursos, que se pierden los muchachos; a este decir no hay que temerle, por el contrario hay que rebatirlo.

La educación debe estar centrada en el estudiante y no en el modelo de producción y consumo; además debe ser vivida desde el respeto, la responsabilidad, el amor; frente a esto alguien puede decir: “nuestro Plan Educativo Insitucional está construido desde el Desarrollo Humano”, pero este término o cualquier otro de moda, utilizado para nombrar un plan educativo no logra la transformación; ésta sólo se da en la medida que lo escrito sea consonante con el vivir de la comunidad educativa; y desafortunadamente los espacios de educación, independiente de cómo se les nomine, siguen animando a los chicos a la competencia, a la separación, a la exclusión... y por tanto a lo inhumano y trágico que esto conlleva.

El sistema educativo hace parte del modelo social y en esta sociedad lo preponderante es la acumulación de objetos y dinero, todo se tasa en monedas; de allí se deriva que es recurrente escoger que estudiar basándose en la paga que se recibirá cuando se ejerza, no importa que tan interesante pueda serle a alguien lo aprendido, prima la recompensa financiera.

Al ser la educación uno de los hilos del tejido social esta no puede ser criticada y mejorada observándola como unidad separada del resto del vivir en sociedad, para modificar la educación hay que pasar también por modificar nuestras expectativas como sociedad, nuestra manera de ser humanos.

El camino hacia una educación que responda mejor a nuestra necesidad de seguirnos humanizando, de ser felices, es un trayecto exigente, difícil, las respuestas no son evidentes ni fáciles de aplicar; pero es necesario abordarlo con seriedad, con rigor, con entereza. Hay que resolver muchas preguntas, preguntas-camino, preguntas-tensión, preguntas-inicio; habrá que seguir preguntando por ejemplo:

¿Cómo integrar la diversidad de individuos y culturas con la necesidad de educación de la sociedad?

¿Cómo conciliar las necesidades e intereses de la sociedad con lo que el estudiante desea y necesita aprender?

¿Cómo lograr que el centro sea el estudiante y no el modelo de producción y consumo?

¿Cómo interesar a tantos estudiantes apáticos frente a su educación?

¿Cómo lograr el trabajo disciplinado y riguroso de la comunidad educativa (estudiantes, familias, profesores, administradores) en un mundo que predica y practica el facilismo?

En estas y muchas otras preguntas hay gente pensando y actuando: estudiantes, maestros, familias, gobiernos, industrias...


La película La Educación Prohibida es un buen recurso para cultivar un ambiente de reflexión alrededor de lo tratado en este artículo, en ella se visibilizan experiencias que se alejan del modelo tradicional; individuos, sociedades y culturas están intentando otros caminos, otro sentir, otro esperar, otro crear de la educación... 

Disfrute el trailer y si lo cautiva: viva, piense, sienta, imagine, alrededor de las propuestas-sueños de una película que se pregunta de manera profunda por nosotros, pero fundamentalmente por el mañana de todos.

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com

Ver el trailer de La Educación Prohibida


Ver la película La Educación Prohibida


viernes, 15 de agosto de 2014

Algo falla en la humanidad cuando...

Esta sociedad que se ufana de moderna y civilizada; que se dice ser el punto más alto al que ha llegado el homo sapiens muestra hoy toda su barbarie en la actual masacre que Israel lleva a cabo contra los palestinos… En 30 días ha matado 2.000 personas, entre ellas 500 niños; ha mutilado miles; destruido casas,  decenas de hospitales y escuelas; y mantiene bajo el terror de las bombas a 1’800.000 seres que viven en una área del tamaño de la zona urbana de Bogotá (360 Km2) y que no tienen como, ni a donde ir. Esto lo hace frecuentemente, deja pasar algunos años y repite la carnicería.
Los casi 500 niños masacrados por Israel son sólo la punta del iceberg, son la evidencia vergonzosa y contundente de la cruel e infame sociedad a la que pertenecemos y nutrimos todos.
El mayor poder de Israel es el económico y de ahí deriva su influencia en países ricos y abusadores, que no sólo los protegen sino que los arman y envalentonan para actuar de modo tan macabro, la ONU una vez más muestra su inoperancia, su incapacidad para evitar y detener la barbarie humana…
Del negocio de la venta de armas se lucra gente riquísima en países que se dicen civilizados (USA proveedor de Israel y de muchos otros conflictos) y con esas armas se mata gente (desde afuera y entre sí) en los países que ellos llaman atrazados, subdesarrollados o pobres; el gobierno del “nóbel de Paz”,  Obama, aumenta sus ganancias al proveer armas para matar niños no sólo en Palestina…
La sociedad auspicia y permite un mundo abundante en violencias; la tragedia no es sólo Gaza, la barbarie pasa por los niños indios de nuestra América durante la conquista, los niños que murieron trabajando en la Inglaterra de la Revolución Industrial,  los niños que masacraron los Nazis con el silencio de Europa, los niños japoneses bajo las bombas atómicas que les arrojo Estados Unidos, los niños que murieron bajo el Napalm en Vietnam, los niños de las guerras de Centroamérica…
Hoy también los niños de Siria, Irak, Afganistán, Ucrania, y claro Colombia con sus niños de La Guajira que mueren por desnutrición, los que mueren por la violencia íntima, los de las balas perdidas o bajo la delincuencia común, los niños que sufren y mueren víctimas de la prostitución, del conflicto armado, los niños que mueren porque el sistema de salud es ineficiente, ávido de dinero y corrupto…
Esos niños pobres que no importan, que no se ven sino hasta que un poco mayorcitos “afean el paisaje” al acercarse a mendigar al auto en el semáforo, o peor aún a atracar, sólo ahí se hacen hacen visibiles para este mundo insensible… y cuando se hacen evidentes se encuentra como solución terrible y frecuente la llamada “limpieza social”… Término que expresa que lo realmente sucio son el sentir y el actuar de aquellos que aceptan la barbarie como solución… ¿Esa misma concepción de “limpieza social” será la que subyace en la barbarie de Israel?

jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro
Como retransmite @TxavierAlonso:

lunes, 4 de agosto de 2014

La fragilidad ambiental de la cultura - Augusto Ángel Maya

“… La naturaleza no se concibe como un sistema, sino como una pista de baile para la fiesta humana…” Esta fuerte y provocadora frase de Augusto Ángel Maya, tomada de su ensayo La Fragilidad Ambiental de la Cultura, llama la atención sobre la manera como los humanos hemos habitado este mundo.
El estudio de lo ambiental requiere miradas profundas, serias, propositivas, que pongan en tensión nuestro pensamiento y nuestro actuar en relación con los ecosistemas; con esta intención es que les invito a conocer, releer, sentir, discutir… las propuestas de este pensador colombiano:
“… La demora del método histórico para dejarse interrogar por la problemática ambiental es común a la mayor parte de las ciencias sociales o de las disciplinas humanísticas. Casi todas ellas permanecen ancladas a la antigua racionalidad preambiental, que considera la sociedad como una entelequia sin raíces en el entorno. Esta demora se explica por el reduccionismo ecologista que predomina todavía en la conciencia ambiental. La perspectiva que se abre con la dimensión ambiental pretende superar, tanto el ultranaturalismo filosófico que concibe al hombre como un conquistador advenedizo, como la interpretación biológica, que lo percibe como una especie más del reino animal.
La perspectiva ambiental plantea una nueva manera de interpretar el pasado.
Una modalidad que todavía no ha llegado sino en forma muy restringida a las escuelas de historiadores. El hecho de que la perspectiva ambiental reclame su propia manera de percibir el proceso histórico, no se debe al influjo de una moda cultural pasajera, sino a la convicción de que las formas de organización social están intimamente vinculadas a la transformación tecnológica de los ecosistemas. También a la comprensión de que las racionalidades sociales, económicas o políticas, influyen en el mejoramiento o deterioro de los llamados sistemas naturales…”
“… Este ensayo tiene por objeto intentar un método ambiental de interpretación de la historia, no por la fruición de sumergirse en un pasado idílico que oculte las contradicciones del presente, sino para comprender mejor la crisis actual. El problema ambiental está, por lo general, mal planteado en la arena del debate teórico y de la acción práctica. No es un problema que atañe solamente a los ecosistemas naturales o que se pueda solucionar simplemente con medidas tecnológicas. Requiere la formación de una nueva sociedad…”
 “… Consecuencias ambientales del desarrollo moderno: Los impactos ambientales de las culturas anteriores, por muy graves que hayan sido, no pasaron de representar efectos locales o regionales, circunscritos a los márgenes de sus propias civilizaciones. La deforestación del medio oriente o de las cuencas del Himalaya, puso en peligro las culturas asentadas en el entorno geográfico, pero no representó un peligro para la vida en su conjunto. Los mayas pudieron emigrar a sitios cercanos y las poblaciones sumerias tierra adentro, para construir nuevas culturas. El imperio romano representó, sin duda, el esfuerzo más articulado de explotación del entorno, dentro de una vasta región y los impactos ambientales fueron mucho más graves pero no sobrepasaron la cuenca del Mediterráneo.
Lo que caracteriza el impacto del desarrollo moderno es su significación planetaria. La expansión europea iniciada en el siglo XV y consolidada con el dominio colonial del siglo pasado (XIX) y principios del presente (XX), ha sojuzgado la totalidad del planeta al dominio unitario de l hombre. No se trata ya de esfuerzos aislados de adaptación cultural, en los que las relaciones sociales y el mundo simbólico servían de instrumentos culturales pra la transformación del medio. Lo que desde Smith ha dado en llamarse capitalismo, no es más que un sistema unificado de explotación del mundo natural en el que las diferentes culturas han tenido que integrarse dentro de una rígida y homogénea estructura de comportamiento o, de lo contrario desaparecer.
Posiblemente el primer efecto ambiental del desarrollo moderno que es necesario considerar dentro del presente resumen es el impacto sobre la cultura. Es un efecto invisible, difícil de precisar, pero es quizás el de más hondas consecuencias.
La sumisión de las culturas a un propósito único de acumulación significó o está significando la pérdida progresiva de la heterogeneidad cultural. Hasta el momento es un hecho irreversible. La cultura ha ido perdiendo su significado de modelo adaptativo a las circunstancias locales o regionales, para convertirse en un ropaje unificado y en un sistema articulado de explotación del medio natural. A instrumentos similares  responden símbolos idénticos. Las relaciones sociales no se organizan de acuerdo con las exigencias de un trabajo común que garantice la supervivencia de la tribu o del poblado, sino según las rígidas líneas de acumulación…"


jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro
Ir al ensayo La Fragilidad Ambiental de la Cultura

miércoles, 11 de junio de 2014

Los valientes de Colombia


Quienes habitamos Colombia hemos nacido y crecido bajo el sino de la violencia y este hecho trágico nos ha convertido en una sociedad que fácilmente hace apología de la guerra, que rinde culto a aquellos que andan armados; esta manera de existir ha dejado estelas de personajes famosos por su violencia: Sangre Negra, El Mexicano, Pablo Escobar, Carlos Castaño, Tiro Fijo, y otros centenares, todos ellos con sus contrapartes tanto desde el estado como desde la ilegalidad.
Los anteriormente nombrados y otros miles están muertos, pero la guerra está viva, la seguimos alimentando, aún peor gran parte de la sociedad la sigue deseando, algunos pocos por que se lucran de ella, porque es su forma de vivir, por su espíritu vengativo y dominante; muchos otros porque están embrujados al haber crecido en una familia y una sociedad que se precia de “valores” machistas, excluyentes y guerreristas; que sólo ven como posible solución a todo, la fuerza, la imposición; y aspiran que los mismos principios sean aplicados al grueso de la sociedad como única forma de superar contradicciones y dificultades.
Esta manera de existir rinde culto al violento, pone en la cúspide de la sociedad a aquel que anda armado y está dispuesto a usar sus armas para obligar a sus verdades, y por lo tanto se opacan y se ignoran a los valientes de Colombia: a todas las mujeres que muy temprano inician su doble jornada, la de cuidar su familia y la de trabajar; a los campesinos que aún sin salir el sol ya tienen sus manos untadas de tierra; a los estudiantes y graduados que suman años de dedicación, de disciplina y de sueños; a quienes han aprendido un oficio y nos entregan su saber desde la mecánica, la albañinería, la panadería; a quienes han nutrido durante años con su esfuerzo y esperanzas un pequeño negocio; todos ellos son los valientes de Colombia, los que aún con miedo de los que andan armados no se detienen para construir sus vidas, las de sus familias y la sociedad, a estos valientes es a los que hay que destacar, los que tienen que ser ejemplo y desmitificar a todos aquellos que vociferan la guerra y no los sueños; porque los armados son sólo expresiones del monstruo canibal que destruye insaciablemente lo que los valientes crean.
He crecido en un mundo político en el cual cada cuatro años el péndulo de la elección presidencial depende del discurso que ofrezcan los candidatos frente a la guerra, me recuerdo de niño pintando palomas blancas, en el andén, por la esperanza que ofrecía Belisario Betancur al inicio de los 80, me recuerdo cuando Uribe ofrecía, y ganó con ello, la guerra total y su compromiso de derrotar al monstruo en cuatro años, Uribe estuvo en el poder ocho años no cumplió su promesa, y aún peor, emergieron las consecuencias de la guerra descontralada que se inventa al enemigo en cada disenso; ocho años más de guerra con miles de víctimas, con más victimarios y el monstruo apenas corrido un poco más lejos de lo urbano, pero monstruo vivo, readaptado y vigoroso.
Hoy la disyuntiva es igual, tener la certeza de más años de guerra apalancados por Uribe o tener la esperanza de continuar un proceso de paz.
Ante la certeza de la guerra y la esperanza de la paz creo que la mejor manera de proteger a los niños, a las mujeres, a los adultos y a la naturaleza es eliminando la guerra, no agregando más vidas y recursos a la gran máquina de matar; este monstruo se fortalece cuando se le ataca desde su lógica, pero incapaz de resistir la reconciliación, el respeto y la inclusión. Si se le ha dado gabela a la guerra durante décadas es hora de cambiar la fórmula y darle la oportunidad a la negociación, es hora de paralizar y no alimentar más al monstruo, para que como consecuencia natural se vaya desmoronando por su inoperancia e inanición.
Es mi deseo y acción que nuestra próxima discusión política esté mucho más allá de si acallar o no los fusiles porque estos ya estarán solos, quietos y fríos.


jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro

martes, 3 de junio de 2014

Las masas los prefieren sádicos y educando en defensa propia...

“... Como una mujer que prefiere someterse al hombre fuerte antes que dominar al débil, así las masas aman más al que manda que al que ruega, y en su fuero íntimo se sienten mucho más satisfechas por una doctrina que no tolera rivales que por la concepción de la libertad propia del régimen liberal; con frecuencia se sienten perdidas (las masas) al no saber que hacer con ella (con la libertad) y aún se consideran fácilmente abandonadas. Ni llegan a darse cuenta de la imprudencia con la que se les aterroriza espiritualmente, ni se percatan de la injuriosa restricción de sus libertades humanas, puesto que de ninguna manera caen en la cuenta del engaño de esta doctrina...”

Adolf Hitler, Mein Kampf (Mi lucha), 1.939, Pág. 56 Citado por Erich Fromm en el miedo a la libertad, 1.941, Pág. 247

Pensar a Colombia desde referentes como los propuestos por Erich Fromm, en su libro el Miedo a la Libertad, es fructífero, ayuda a conocer y sentir un poco más lo que somos, lo que cultivamos como sociedad de manera generalizada.

Iniciar este artículo leyendo a Hitler, tratando de conocer y entender como decenas de millones de alemanes se sumaron animados a la exclusión, a la eliminación, a la negación del otro, a la propuesta de su líder autoritario, pendenciero y mentiroso; hace saltar de manera protuberante similitudes entre ese Hitler y esa sociedad alemana y alguno de nuestros “mesías” y quienes lo acompañan; los cuales proponen mantener (así sea de manera velada) la guerra como fin último, como manera de existir, como estilo de sociedad.

Fromm nos ha ayudado a entender que no sólo hay un carácter individual, sino que también hay un carácter social y que aquellas sociedades que aceptan, reclaman y hasta idolatran líderes autoritarios, son sociedades con carácter sadomasoquista, sociedades que desean y propician el abuso contra sí mismos y aún peor, lo avalan y lo defienden como un estilo natural de poder y orden social. "La dominación sádica se caracteriza por el deseo de hacer del objeto (de la masa) un instrumento pasivo en las manos de la persona sádica (el líder)” Erich Fromm El Miedo a la Libertad.

Como alguno de nuestros líderes políticos entiende, conoce y cultiva de manera exitosa esta enfermedad nuestra, y como utiliza su discurso y estilo excluyente para perjudicar a sus propios electores, beneficiar a su élite, y avasallar a aquellos que se percatan y oponen a su argucia

La salud política pasa por la salud mental; una sociedad con poca salud mental, producirá un régimen político enfermo y abusivo como el que padece Colombia; pero este mundo no puede ser sólo desesperanza, hay que contraponer desde cada espacio, desde cada luz, desde cada conversación, la posibilidad de influir para una sociedad más saludable, más equilibrada; recordemos que la salud es un reflejo del equilibrio físico, mental y social; es equilibrio no un estado de perfección ni boberías parecidas.

Y para cultivar estos caminos se puede por ejemplo recordar al filósofo Fernando Savater cuando dice que “hay que educar en defensa propia” y lo argumenta desde recordarnos que cada uno de aquellos con los que compartimos nuestro territorio también influencian, deciden y votan; y claro si aquel que tiene el mismo poder que yo lo hace con menos información, con menos discusión, con más sectarismo, con más masoquismo, tiene una alta posibilidad de elegir el peor y elegir en contra de si mismo y de todos aquellos que compartimos el territorio.

Entonces esto deja de ser un asunto individual y se convierte en asunto social que me involucra a mí, a usted, a nosotros; por esa razón no es posible aislarse, hacerse el desentendido, es un momento de responsabilidad y de decisión; es un momento para no tener vergüenza de elegir, sino para tener fuerza y esperanza para defender una oportunidad; hay que ayudar a que las masas no amen más al que manda, que amen la libertad, que se amen ellas mismas.

Es necesario ayudar a sanar este país, es necesario ayudar a quitar “el embrujo autoritario” con el cual se ha llevado a la muerte y a la precariedad a millones de colombianos, hay que ayudar a animar la esperanza, la inclusión y sacar de cada uno de nosotros este estilo mandón, pendenciero, excluyente, mentiroso, con el cual hemos crecido; y avivar los espacios, tímidos y perseguidos, que intentan construir un mundo desde la reconciliación, el reconocimiento, el respeto, LA PAZ.

jairmontoyatoro@gmail.com

@jairmontoyatoro


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viernes, 16 de mayo de 2014

¿De qué se ríe? (Seré curioso) - Mario Benedetti


Mario Benedetti, poeta uruguayo, nos ha regalado su sensibilidad, su compromiso político, su claridad, su coherencia, su poesía...

En días como estos es necesario y responsable sentir-pensar un poco en el mundo de la política y su relación con nosotros; avivar nuestra capacidad para influir por una política más decente, más higiénica, más esperanzadora...

Le invitamos a sumergirse en el poema ¿De qué se ríe?

jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro

¿De que se ríe? - (Seré curioso)

En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible

vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles

tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste

aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse

los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países

ustedes duros
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles

cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple

cómo traicionan
usté y los otros
los adulones
y los seniles

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde

y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite

allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve

después de todo
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.




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