La novela 1984 es una obra maravillosa del
Inglés George Orwell; realizada en 1949, es un escrito de ficción en el cual se
relata como se vive en una sociedad del control, la vigilancia, la guerra, el
miedo y el engaño; más allá de lo fino de la historia, de la trama cautivamente
y de la humanidad de los personajes, lo que más impresiona es que 1984, hoy,
ya no es ficción; porque esa novela-profecía describe de muy buena manera
la vida de la mayoría de nosotros.
Leerla va mucho más allá del disfrute de
sumergirse en una prosa hermosa que hace sentir el mundo creado por el autor;
leerla-sentirla implica acceder a un contexto profundo y revelador para
comparar nuestras vidas; para sentir como lo totalizador, lo avasallante, lo
dominante se entra por cada resquicio en nuestra existencia.
La sociedad del control, del miedo y de la
mentira está aquí; existe de manera abrumadora como lo describe 1984; no está
en manos de un estado como tal, pero si bajo la dominación de una minoría que
comparte y construye una manera económica, un actuar político, un control
militar y territorial, un modelo educativo, un fanatismo por el exceso y la
frivolidad; y con ello permean-inundan estados, sociedades, individuos.
Las personas del mundo construido por Orwell, en su libro, son llevadas animosamente a la guerra, a la precariedad, al odio por sus iguales;
y para lograr que las personas se sumen a esta manera de vivir el estado
controla la comunicación, crea y aviva la mentira, utiliza el espionaje íntimo
y le da un poder supremo a lo militar.
Hoy la evidencia hace pensar que las “fallas”
del modelo preponderante no son “asuntos fortuitos”, “manzanas
podridas” o “hechos aislados”; si no que más bien corresponden a las
intenciones y efectos de una manera dominar y expoliar pueblos.
El modelo imperante usa hasta el hastío la
palabra libertad, pero la libertad que los poderosos publicitan a través de sus
miniseries, estilos de vida, consumismo, farándula, espectáculo, ruido y
olvido, es una libertad residual, mutilada, insulsa; que sólo le permite a la
inmensa mayoría habitar dentro de un pequeño espacio delineado por quienes
detentan el poder, y dentro del cual tienen que estar todos los dominados; sólo
tocar los bordes de este espacio, arbitrariamente impuesto, hace saltar las
alarmas del sistema, el cual esculcará, exagerará y hasta inventará para lograr
el desprestigio y la condena de aquel de aquel sujeto que osó moverse de los
límites que le son obligados.
1984 entrega muchos elementos para
preguntarse y comprender mejor el mundo que habitamos; para pensar e
indignarnos con la vigilancia íntima al que estamos sometidos; para poner en
tensión modelos económicos que prometen beneficios generales, pero que están
calculados sólo para acrecentar la acumulación de la élite rica y mantener en
la precariedad a las inmensas mayorías pobres; también ayuda a pensar si las
fuerzas armadas cumplen su fin, que es el de proteger los pueblos, o mejor usan
su fuerza y sus equipos para mantener y aumentar los excesos y abusos de una
minoría económica y política frente a quienes dicen proteger.
En la sociedad de hoy los poderosos “con
sus palabras crean mundo” y con su capacidad de propaganda lo extienden a
una inmensa mayoría que sumen en el engaño, la ilusión, el abuso, la vigilancia
íntima y la amenaza de ser arrinconado o eliminado si no encaja en este sistema
que pretenden hacer creer “natural”.
Este modelo social no es natural ni
inmutable, es una construcción cultural y para saberlo hay que informarse,
pensar, sentir, conversar, tomar conciencia y actuar en pro de su modificación;
en búsqueda y hallazgo de una manera más humana de vivir para si y para los
otros.
Seguramente 1984 le ayudará a quitar un
poco de penumbra, a poner en crisis ese discurso repetitivo y falto de verdad
que es la "sociedad de la libertad y la elección"; y le dará elementos para
preguntarse, indignarse y actuar.
@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com
Imagen tomada de: http://leinerblog.wordpress.com/2011/02/18/1984orwell/
Hola Jair:
ResponderEliminarEl enunciado es sobrecogedor...espero poder leer el trabajo de Orwell que parece ir en la misma línea de los otros autores que has puesto en tu blog y que por supuesto, el resultado de su lectura es tremendamente constructivo...
Un saludo muy cordial...
Hola Vallejofer, que bueno saludarlo nuevamente.
EliminarGracias por su comentario y por el encuentro en este espacio; el libro 1984 vale mucho la pena, realmente es bueno.
Cordialmente.
jair