lunes, 4 de marzo de 2013

Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011. Colombia rural razones para la esperanza. Principales rasgos del modelo rural en Colombia (Parte 2).

3. El modelo invisibiliza las diferencias de género y discrimina a las mujeres

En la implementación del modelo se ha ignorado la forma desproporcionada en que las inequidades rurales afectan a las mujeres. En consecuencia, las instituciones públicas no han tomado nota de esta situación por lo que los intentos por incorporar la perspectiva de género en todo el ciclo de la política pública han sido pocos, fragmentarios y débiles frente a la complejidad del problema.

Como se dijo, vivir en el campo implica estar sometido a varias manifestaciones de inequidad, pero cuando se es mujer estas se agudizan aún más. Las mujeres rurales se ven sometidas a varios tipos de discriminaciones que las sitúan en peores condiciones de vulnerabilidad frente a los hombres e incluso frente a otros miembros de la familia campesina.

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4. El modelo es excluyente

La presión por la tierra que ejercen empresarios, transnacionales, comisionistas y actores ilegales impide que campesinos, indígenas y afrocolombianos disfruten de los recursos del territorio, y que a partir de allí generen ingresos para procurar el bienestar de sus familias. Tales obstáculos excluyen al grueso de la población rural del principal activo para su supervivencia y bienestar: la tierra.

…Lo excluyente del modelo se manifiesta además en enfoques centralistas que han dejado a las regiones y localidades con una inexistente o precaria presencia institucional, y una monumental incapacidad para administrar, entender y responder en forma adecuada a las demandas de la población. Por ello, tanto los grupos sociales rurales como los mismos empresarios se sienten insatisfechos con la acción del Estado y sus políticas. La expresión común de que no existen políticas agrarias (que es incorrecta porque sí existen, pero son inconvenientes), es una manifestación de esta situación. Este es un modelo de desarrollo rural con pobreza de Estado, de sociedad civil y pobreza económica y social.

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5. El modelo no promueve la sostenibilidad


La ocupación del territorio ha transformado el paisaje. A pesar de ser un proceso de profundas raíces históricas, las actividades que en él se desarrollan se han abierto paso en medio de áreas destinadas por el Estado para preservar la reserva forestal, dedicadas al manejo y conservación ambiental y resultado de la asignación de territorios de propiedad colectiva a grupos étnicos. Sobre esta distribución geográfica particular se han afianzado las actividades productivas tradicionales y se están instalando unas nuevas: biocombustibles y minería, y consolidado la presencia de actividades ilegales, como los cultivos de uso ilícito. La explotación indiscriminada de los recursos del subsuelo no solamente representa una amenaza para la biodiversidad sino también para la protección de los recursos hídricos.



No ha habido preocupación por proteger el patrimonio ambiental del país. El agotamiento de los recursos naturales y la excesiva explotación productiva han puesto en riesgo ecosistemas estratégicos (nacimientos y fuentes de agua, páramos y bosques), coberturas vegetales y reservas forestales. Los fertilizantes y plaguicidas y las técnicas de establecimiento de los cultivos requeridos para el desarrollo de la actividad, han deteriorado la aptitud de los suelos más productivos. Los daños ambientales no son internalizados como costos para los productores agrícolas y pecuarios. La expansión de la ganadería se realiza a costa de la deforestación y ocupación de suelos con vocación agrícola.



La adecuación de terrenos a pastos, a partir de la adopción de técnicas extractivas de deforestación poco sostenibles también ha producido una elevada incidencia en la apertura de la frontera agrícola. Además, la inadecuada ocupación de las áreas rurales con actividades productivas y asentamientos humanos aumenta el riesgo de desastres. El carácter antrópico de la construcción del riesgo implica que el desarrollo rural no debe fomentarse en áreas caracterizadas por ecosistemas frágiles y de poca resiliencia. El impacto de la variabilidad y el cambio climático sobre las poblaciones y actividades rurales localizadas en áreas ambientalmente sensibles es más severo y costoso para la sociedad rural, debido al elevado riesgo de generación de desastres



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@jairmontoyatoro





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