1. El modelo no promueve el desarrollo humano y
hace a la población rural más vulnerada
El actual modelo no está orientado a ampliar el
desarrollo humano de los pobladores rurales. Por el contrario, obstáculos
estructurales como la inequidad en los beneficios de la modernización; la
concentración de la propiedad y la generación de conflictos por la tierra y el
control del territorio; la exclusión de sus habitantes del crecimiento y
desarrollo sectorial; y la ausencia de condiciones políticas apropiadas que les
permitan acceder de manera democrática a los procesos de toma de decisiones
públicas, impiden fortalecer sus capacidades, ampliar las opciones para definir
y enriquecer sus proyectos de vida, estimular procesos de empoderamiento y
afianzar sus libertades políticas y económicas. Todos estos obstáculos al
desarrollo crean condiciones para la violación de los derechos humanos de los
habitantes del campo.
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2. El modelo es inequitativo y no favorece la
convergencia
El modelo de desarrollo rural es profundamente
desigual. Los beneficios de la modernización del sector han favorecido a los
grandes productores en detrimento de los pequeños y de las comunidades rurales.
La posibilidad de obtener ganancias en productividad, a partir de la
incorporación de innovaciones tecnológicas, permitió mejorar los procesos de
acumulación de capital de los empresarios agrícolas, pero tales avances no se
reflejaron en una mejora en la calidad de vida de los hogares rurales.
En el transcurso de la última década, la política
pública se orientó a otorgar subsidios y subvenciones directas a los grandes
productores, dejando en manos de privados los rumbos del desarrollo. La pérdida
de instrumentos de intervención y el repliegue de la institucionalidad produjo
una concentración de los recursos públicos y de los excedentes del sector,
creando mayores inequidades en la sociedad rural, y reduciendo la posibilidad
de que la población se articulara al crecimiento y participara de los
beneficios del desarrollo.
Además el modelo favoreció la transferencia
tecnológica a aquellos productores agrícolas y pecuarios con la capacidad de
adaptar las nuevas técnicas a sus procesos productivos.
Con la apertura, la
agricultura comercial se consolidó, logró mecanizar y modernizar su estructura
productiva y mejorar la productividad de grandes extensiones de tierras de
buena calidad, mientras otras propiedades se dedicaron a valorizar los suelos y
a acumular rentas especulativas gracias a la concentración de la propiedad.
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