Uno de los paradigmas con los cuales hemos crecido y que está encarnado en nuestro sistema de instrucción, de producción, de vida, es que los humanos estamos separados de la naturaleza; que los humanos existimos acá y la naturaleza está allá, que hay que ir a verla en vacaciones o el fin de semana… Bueno también nos han enseñado que esa naturaleza es salvaje y que hay que dominarla, y que una expresión de civilización es nuestra dominación de la naturaleza.
En los últimas décadas se ha vuelto recurrente el tema ambiental, pero desafortunadamente este es hoy “un mar de conocimiento con un centímetro de profundidad” máxime cuando se simplifica y equipara lo ambiental con sólo acciones como sembrar “arbolitos”, reciclar o poner un aviso en el cual se dice “somos amigables con el medio ambiente”.
Es bastante frecuente y desconsolador escuchar el barullo del desarrollo sostenible, de las normas ISO 14001 y similares; iniciativas que son útiles pero dramáticamente insuficientes; iniciativas con un gran énfasis en lo productivo, en lo administrativo, en lo económico, y sin afloramiento o con un asomo apenas residual de la comprensión de la vida y como esta es la parte medular del asunto.
Lo ambiental es denso, con muchas tramas e hilos que lo atraviezan, lo entretejen y le dan forma; lo ambiental tiene que ver con los ecosistemas y con los humanos que habitamos esos ecosistemas, con nuestras historias, nuestras costumbres, nuestra cultura.
El paradigma de humanos separados de la naturaleza no refleja la realidad, ¿acaso los humanos no somos naturaleza? ¡Claro que lo somos! cada molécula, cada aliento son naturaleza; los humanos somos una hebra en toda esta trama de vida que existe en los ecosistemas, vida que florece y danza en la tierra en todo lo biótico y en densa relación con lo abiótico. La vida de unos organismos no es separable de los otros, ni siquiera se puede separar la vida de los elementos no vivos como los minerales, los gases, etc. todo está relacionado.
Lo social no existe separado de lo ecosistémico, lo ambiental pasa por toda la complejidad que implica ser humano; ello atravieza nuestra relación con los otros humanos, pasa por la inequidad, por el consumismo, por el despilfarro, por la voracidad hacia los materiales, por el sistema productivo vendiéndonos bienes que cada vez duran menos. Para cada una de estas causas habrá que encontrar sus contrapartes que las contengan o las eliminen; el modelo de producción-consuma-endeúdese hace mucho viene mostrando sus límites y sus efectos.
Intentar pensar el mundo que habitamos es una responsabilidad de todos, tratar de sentir y comprender porque actuamos de esta manera con los otros humanos y con el ecosistema es una pregunta que debe alumbrar nuestras decisiones.
Para abordar de mejor manera lo ambiental es necesario sentir, pensar, conocer, estudiar las propuestas que han surgido; plateamientos que abordan lo económico, lo cultural, el desarrollo, la vida, etc. y con ese propósito les invito y propongo el libro La Trama de la Vida de Fritjof Capra, el cual es una mirada cautivamente, profunda, retadora, pero ante todo repleta de lupas para mirar y actuar en este mundo que habitamos.
jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro
Jair me atrevo a decir que eres de lo mejor en G+actual, con temas de palpitante actualidad, diversos y educativos. FELICITACIONES ( con mayúsculas)
ResponderEliminarBuenos días Hernán, muchas gracias por su generoso comentario que le da energía este espacio que busca ayudarnos a conversar, conocer, poner en tensión asuntos importantes para nuestro vivir.
ResponderEliminarCordialmente.
jair
Desafortunadamente para que haya un desarrollo cultural, social y económico todos debemos cambiar para bien o para mal, de los desastres se aprende o se dejan las cosas mejores!!!!!!! hay que aprender solo a coger lo mejor y no afectar a la gran mayoría...
ResponderEliminarBuenas noches María Elena, espero que se encuentre bien.
EliminarEstos caminos hay que recorrerlos invitando, seduciendo, explicando... seguramente muchas personas podrán interesarse, vincularse y ayudar... Hay que construir la esperanza y huir de la desesperanza que sólo promete el desbarrancadero.
Cordialmente.
jair