Antonio Elizalde habla sobre El Progreso (Video)
"Hábitos y sesgos en los discursos del desarrollo
... Vivimos y trabajamos una historia que desconoce la sub-historia que la hace posible. De allí que observamos cotidianamente las graves des-articulaciones que se dan entre las actuaciones de las cúpulas políticas y las aspiraciones e impulsos que se desencadenan en los sectores populares.
Buscamos justificación para nuestras acciones en los planteamientos o pensamientos que atribuimos a nuestro difunto héroe de turno, sin siquiera percatarnos de la sabiduría del hombre y la mujer que siembran el maíz y que, al compartirlo en la olla común, logran sobrevivir, no por lo que hemos hecho, sino a pesar de lo que no hemos hecho.
Vivimos y trabajamos modelos de sociedad que desconocen la complejidad creciente de la sociedad real en que estamos inmersos. De allí que observamos el quehacer febril y obsesionado de los tecnócratas que diseñan soluciones antes de haber identificado el ámbito real de los problemas.
La justificación de los modelos la buscamos en los modelos mismos, de manera que cuando las soluciones fracasan, no es por fallas del modelo, sino por trampas que hace la realidad. Esa realidad que se hace presente no se percibe como un desafío que hay que enfrentar, sino como un obstáculo que hay que domesticar imprimiendo aun mayor fuerza en la aplicación reincidente del modelo.
Vivimos y trabajamos la importancia orientadora de nuestros conocimientos formales adquiridos. De allí que observamos en tantos dirigentes un miedo patológico al protagonismo y a la libertad. El pueblo esta para ser orientado, aun por aquellos que se dan el lujo de desconocer la orientación del pueblo. Asi se diseñan programas para "concientizar", porque por alguna extraña razón se supone que el que sufre no sabe por que sufre, y al que le va mal no sabe que es lo que lo aqueja.
Vivimos y trabajamos la construccion de un orden, sin entender lo que es ordenable ni lo que estamos ordenando.
De allí que observamos el culto fetichista por la forma, como manera de ocultar el temor inconsciente a las incertidumbres que encierra el fondo. Confundimos así la ley con la justicia y el reglamento con la eficiencia. Identificamos la generosidad con la limosna y la participación con la reivindicación concedida. Utilizamos las palabras sin respetar su contenido y acabamos así construyendo caricaturas en vez de contextos coherentes en los cuales sustentar la construcción de nuestros proyectos de vida individuales y colectivos.
Conscientes de todo lo expuesto, la propuesta que hemos elaborado no es un modelo. Es una opción abierta que solo se justifica en la medida en que se la asuma y entienda como construcción permanente. Nada en ella pretende exhibir el rango de solución definitiva, porque entendemos que el ser humano y todo su entorno son componentes de un fluir permanente que no puede detenerse con milenarismos ni menos con ocasionalismos..."
Tomado del libro Desarrollo a escala humana pág. 18
De esta manera Manfred Max Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn nos invitan a leer su libro Desarrollo a Escala Humana, un referente fundamental que propone "una economía al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía"; en su obra integradora hacen propuestas audaces para caminar hacia una economía como subsistema de la biósfera, hacia una economía humana...
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@jairmontoyatoro
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